Calaveras, calaveras imageCalaveras, calaveras imageCalaveras, calaveras image
La Muerte viene
no se detiene,
por el camino
va suene y suene.

Ya sea de noche o de madrugada
Muerte canija ya no escatima,
pues en un tris ella vuelve nada
al pobrecito al que se le arrima.

Va muy solita por el santuario,
deambulando pasa un alma en pena:
“Si no me rezan mi rosario,
mucho menos mi novena”.

En la tenebra
la Muerte enhebra
una mortaja
que se deshebra.

Con el costal y una guadaña
llegó la Muerte a ese jolgorio.
“Ya que de fiesta traen muchas ganas,
yo los invito a su velorio”.

Cortó de un tajo la noche oscura,
blandió potente la cruel navaja;
al penitente trae amargura
y a las viejitas la descascaja.

Tras un difunto
viene ella al punto,
por alma y cuerpo,
todito junto.

En los panteones se escuchan gritos,
mas no se sabe quién se lamenta,
pueque sean llantos o pujiditos,
pueque sean novios o alma en tormenta.

Todas las noches
tocan las puertas,
paran los coches
las manos muertas.

Suenan las tres en el campanario,
desde una esquina la Muerte espera.
Si usted se amensa, va pal calvario,
ya muy vestido de calavera.

Andrés Briseño Hernández
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO